¿Cómo encontré mi visión como fotógrafa?

En este artículo quiero compartirles un poco sobre mí, mi trayectoria en la fotografía y cómo fue que encontré mi voz en la fotografía. 

Antes que nada quiero platicarles que después de muchos años finalmente me estoy dando la oportunidad de crear mi blog y compartirles un poco sobre mi vida como fotógrafa, hablarles sobre las cosas que he aprendido y cosas que seguiré aprendiendo.

Estoy convencida que los medios digitales y las redes sociales, son una fuente inmensa de inspiración y aprendizaje, y espero que mis publicaciones puedan ayudar o inspirar a otros fotógrafos; motivarlos a seguir creciendo en la fotografía, a no perder esa motivación y esa luz interior que nos mueve día a día en cada sesión de fotos. 

ASÍ COMIENZA TODO... 

Mi camino en la fotografía comienza cuando era una niña, a mis papás les encantaba la astronomía, mi papá se había comprado un telescopio y una cámara que conectaba al telescopio y con la que tomaba fotos de todo lo que veía, era algo que simplemente me impresionaba, hasta la fecha tenemos esas fotos y siempre que las veo me traen muy bellos recuerdos de mi infancia y de mi familia.

Pero en ese entonces era sólo una niña y para ser honesta, no me interesaba mucho la fotografía, en ese momento mi máximo era patinar todo el día y escuchar música en mi walkman. 

Muchos años después me fui de intercambio a Finlandia, y esa fue una experiencia increíble y que cambio mi manera de ver la vida por completo, además de que me tocó vivir una de las mejores experiencias de mi vida, que fue ver las auroras boreales por primera vez,

Pero volviendo a la fotografía, Finlandia es muy importante para mí porque ahí tomé mi primer curso de fotografía análoga, y una historia curiosa es que la maestra que daba el curso hablaba únicamente finlandés y a pesar de la barrera del idioma, siempre supo como comunicarse conmigo y se esforzaba por explicarme lo que tenía que hacer, desde aprender a usar la cámara, el rollo, el papel, el proceso de revelado, etc.

Fue una experiencia muy enriquecedora para mí porque ahí fue donde despertó mi interés por la fotografía, cada foto tenía que pensarla bien y revelarla cuidadosamente, era un proceso muy artístico y que algún día me encantaría repetir. 

Pero esa experiencia tan increíble terminó, regresé a México, llegó el momento de ir a la Universidad, donde llevé una clase de fotografía que para ser honesta no me gustó nada, y creo que una de las razones por las que no me gustó la clase era que los profesores no transmitían su pasión por la fotografía.

Honestamente esa experiencia me hizo perder un poco el interés hasta que un día mi papá compró una cámara digital, la recuerdo perfecto, una Nikon D3000, y cometió el pequeño error de prestármela un día… y fue un pequeño error para él porque hasta la fecha no se la he regresado, es la que considero mi primera cámara y a la que le tengo muchísimo cariño. 

Decidí tomar un nuevo curso de fotografía en el que el profesor era super apasionado y además planeó el curso de manera que iba invitando a diferentes fotógrafos especializados en diferentes áreas de la fotografía y eso me gustó mucho porque en cada clase había algo nuevo que aprender y había muchas perspectivas de la fotografía. 

En alguna clase, alguno de los maestros dijo algo muy cierto y es que, en un estudio podía haber un grupo de fotógrafos retratando a la misma persona, usando la misma luz, la misma cámara, incluso la misma óptica y aún así, todos tomarán una foto distinta, porque cada fotógrafo tiene su propia visión.

Cada fotógrafo tiene su propia visión, yo tengo la mía y tú la tuya. 

Así que empecé a tomar fotos de todo, por gusto, por capturar todas las cosas que me llamaban la atención y de ahí poco a poco fui creciendo en esta increíble profesión....

UN GOLPE DE SUERTE... 

De pronto tuve un golpe de suerte, porque fue suerte, unos compañeros iban a participar en el Festival de Cine de Guanajuato (GIFF) y sabían que me gustaba la fotografía así que me invitaron a participar como Directora de Fotografía de su documental Hombres de Barro, un proyecto al que le tengo mucho cariño porque me abrió muchas puertas.

La verdad es que cuando iniciamos, no tenía ni idea de lo que un Director de Fotografía tenía que hacer, sólo era una niña jugando a ser fotógrafa, pero me sentía segura e inspirada para hacer cualquier cosa y el resultado fue maravilloso, todo el equipo estaba comprometido en el proyecto. A nuestro documental le fue muy bien, quedamos en segundo lugar, y fue una experiencia súper enriquecedora para mí. 

En ese tiempo, nos entrevistaron para una revista y después de la entrevista me contactaron, porque les había llamado mucha la atención una mujer fotógrafa haciendo documentales y en este grupo editorial solo tenían hombres fotógrafos y querían ver si estaba interesada en formar parte de su equipo.

Doble golpe de suerte, encontrar algo que te apasione y de pronto empezar a atraer proyectos que te ayuden a crecer. 

Por supuesto que entré y fue una etapa increíble de mucho crecimiento para mí y algo que me encantaba era que teníamos un equipo de fotógrafos que éramos amigos y que podíamos evaluar nuestro trabajo, darnos consejos, y mucha retroalimentación, eso es algo que ahora extraño, porque es muy padre poder comentar tu trabajo con otros colegas, siento que eso es algo que aporta mucho valor y mucho crecimiento profesional 

Comencé a hacer mucho retrato, editorial, político, empresarial, a cubrir eventos, conciertos, deportes, fútbol, de todo un poco, tuve la suerte de poder explorar tantas áreas de la fotografía en tan poco tiempo. Y lo hacía por gusto, me divertía y aprendía mucho en cada sesión.  

Creo que es muy bueno darse la oportunidad de explorar diferentes áreas de la fotografía y poco a poco ir encontrando tu voz y lo que te apasiona, sé que muchos fotógrafos tienen muy claro lo que quieren transmitir desde que inician en la fotografía y es muy fácil que rápidamente encuentren su camino, si eres uno de esos fotógrafos, céntrate en eso y trata de aprender y crecer lo más rápido que puedas. 

Mi caso no fue así, me tomó muchos años poder definir lo que quería hacer como fotógrafa, pero está bien, la vida nos va a llevando por muchos caminos y cada etapa ha sido especial para mí.

ES MOMENTO DE TENER MI PROPIO ESTUDIO...

Un día, durante una campaña política en la que había estado trabajando, me di cuenta que me sentía un poco viciada, ya no estaba disfrutando mi trabajo y sentía que todas mis fotos se veían igual, que no estaba por el camino correcto, así que renuncié…

De un día para otro tomé una decisión alocada, sin mucha planeación, sin mucha idea, pero se me metió a la cabeza la idea de que era el momento de tener mi propio estudio, un lugar donde pudiera hacer las fotografías que yo quisiera y a la vez, poder tener mi propio negocio. (Cosa que no ha sido fácil pero que me ha traído demasiados aprendizajes y de lo que también les iré platicando porque hay muchos consejos que les puedo dar en este tema.)

Hice una evaluación de todos mis proyectos y me di cuenta que lo que más me gustaba era tomar retratos, buscar expresiones cautivadoras, dar voz a otras personas, me encanta escuchar y creo que todos tenemos algo que decir, algo que proyectar. 

Fue hasta entonces que empecé a tratar de definir mi estilo como fotógrafa, no me fue fácil, había hecho tantas cosas, y hay tantas cosas que se pueden lograr en la fotografía…

En las redes sociales podemos encontrar tanta inspiración y tantos fotógrafos súper talentosos, que parece increíblemente difícil sobresalir, pero para sobresalir, primero tienes que encontrar tu voz. 

Reflexioné mucho y me di cuenta que no sólo quería hacer retratos, sino que quería especializarme en Children Fine Art (Fotografía artística enfocada en niños). Los niños tienen un alma pura, son honestos, tienen un poder increíble para imaginar y sus expresiones son siempre autenticas. 

Me centro en las miradas pues creo que revelan mucho de la historia de cada persona. 

Me tomó años encontrar mi camino y desarrollar mi propio estilo, hasta el día de hoy sigo aprendiendo y desarrollando nuevas técnicas, pero eso es algo bueno, vivimos en constante cambio y la persona que somos hoy no necesariamente estará mañana, los cambios son buenos, son señal de crecimiento y la fotografía no es la excepción.

Si algo puedo recomendarles es que está bien experimentar y si llega un punto en el que te sientas estancado o que ya no te gusta lo que estas haciendo, trata de renovarte, explora nuevas ramas de la fotografía y sigue creciendo que en el mundo de la fotografía hay miles de ramas por descubrir. 

Nunca olvides porque elegiste este camino, en cada imagen plasmamos un poquito de lo que llevamos dentro, nuestras historias, nuestras vivencias, lo bueno y lo malo, nuestra luz y nuestra oscuridad. La fotografía es tu voz.

Compartir